lunes, 15 de octubre de 2007

Indigestión

De sobra sabía ella que la tradición mandaba dejar esa noche tres copas de licor para los reales visitantes. Pero era consciente de que no podían permitirse ese gasto así que cuando los niños preguntaron si el líquido ambarino de las copas era coñac del bueno mintió sin pestañear. “Sí, el mejor, es el mejor que hay”. Horas después unos Reyes Magos cansados bebían despacio el té agradeciendo el alivio que suponía para sus estómagos, estragados por costosos licores y dulces. Al día siguiente los niños encontraron junto a los zapatos los mejores regalos del barrio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenida. Veo que sigues en forma tras Brokeback Mountain 2. A ver si te veo pronto, muyaya.
H.

Ginebra dijo...

Gracias. Sí, tenemos que vernos y me cuentas tu BM también.