jueves, 25 de octubre de 2007

El año del cerdo (1)

Unos horteras. A la hora de decorar, los chinos me han parecido siempre unos horteras, con tanto mueble lacado de colores imposibles y tanto doradito, que entras en un salón y los muebles lanzan destellos que parece que han espurreado por la habitación no un diente sino la dentadura entera de Pedro Navaja. Y de los bichos que ponen por las paredes mejor no hablamos, que hasta mi hermana B2, que se pirra por las iguanas y coge sin pestañear con sus propias manitas cuanto lagarto osa entrar en la casa (y vive Dios que entran unos pocos y son gordos como gatos, los jodíos) cree que se pasan con los dragones. Que es que vas a un chino y se te corta la digestión del miedo porque a ver que me digan a mí que no acojona eso de comer con un dragón enseñándote los dientes por encima del hombro, que encima les ponen siempre a todos unas dentaduras descomunales. Y este año, el del cerdo, además, están los locales llenitos de gorrinos a cual más espantoso.

Al principio eso de que fuera el año del cerdo me dejó más bien fría porque pensé que era para los chinos nada más pero empiezo a pensar que con esto de la globalización va a haber cerdos para todos. A mí, de momento, ya me han tocado dos (porque el hombre que se sube en el autobús oliendo a eau de sobac desde las 7 de la mañana no cuenta, es un cerdo pero de otro tipo)

El primer cerdo nos cayó este verano, en plena playa. No lo conté porque entre las cabras, el burro del vecino, el chivo, los conejos, etc., estaba más que harta de bichos (y además me daba cosa porque seguro que el señor Avellana iba a decir que me lo inventaba todo), pero pasar pasó. Ya les digo que pasó. Pasó corriendo por una urbanización playera, se metió en la piscina de un hotel, donde se hizo unos largos, salió por patas del recinto hotelero y siguió correteando por la playa donde aprovechó para pelearse con unos agentes de la Guardia Civil antes de morir dando chillidos.

El chapuzón en el hotel no lo pillamos, no, lo vimos después en la prensa, pero las correrías playeras sí las vimos en vivo y en directo. Si les digo la verdad a mí más que el bicho lo que me asombró fue la reacción de la gente. Porque a ver, una persona en su sano juicio ve salir de los cañaverales un jabalí adulto y se asusta medianamente. Sobre todo porque en esas condiciones se trata de un animal con miedo dispuesto a atacar hasta a su propia sombra, y que cuenta para ello con una fuerza bruta (brutísima) considerable y colmillos afilados. Pues el personal que había en la playa ni susto ni nada, al contrario, estaban encantados. Pero si había padres que decían a los niños: “mira, mira, como el del rey león”, y niños que corrían detrás del jabalí, en plan sanferminero, gritando “¡Pumba, Pumba!” en clara demostración del mal que han hecho y hacen las pelis de Disney, y dando argumentos a cualquier mente sana para dinamitar los estudios y quemar las películas de dibujos animados empezando por Dumbo, que me pone los pelos de punta. La mitad de las marías se lanzaron como locas a recoger los tuppers de comida y ponerlos a buen recaudo, y la otra mitad se plantaron delante de sus mesas con los brazos en jarras mirando desafiantes al jabalí como invitándole a que se atreviera a quitarles los pimientos fritos, la tortilla de patatas, las chuletas, y los pinchitos de cerdo. La verdad, a mi me habría gustado que el jabalí se hubiera lanzado contra alguna mesa, por ver qué pasaba nada más, aunque seguro que habría salido ganando la maría de turno. Y es que cuando una mujer se levanta un sábado a las seis de la mañana para freir cinco docenas de pimientos es capaz de defenderlos con uñas y dientes.

Las correrías playeras del jabalí en busca de la libertad degeneraron en una encarnizada pelea entre el gorrino y los agentes de la Guardia Civil quienes optaron por atropellarle primero y dispararle después con los cetmes. Unos abusones, vaya. Claro, como se pueden imaginar perdió el jabalí; la Guardia Civil no tuvo bajas, solamente un par de heridos leves. Lo que no sé es qué hicieron después con el cadáver, porque llevárselo se lo llevaron, y menos mal porque llegan a dejarlo en la playa y termina el pobre hecho chuletas en los cienes de barbacoas que había (casi una por sombrilla).

NOTA: los que no se lo crean (que sé que los hay) pueden pinchar en el siguiente enlace y ver cómo fue verdad-
http://www.20minutos.es/noticia/269670/0/jabali/piscina/malaga/

5 comentarios:

elizq dijo...

Efectivamente las hay.
Hola me llamo elizq y no creia las palabras de gin.
He copiado el enlace, lo he pegado y he podido comprobar, con estupor, que son ciertas.
El próximo verano me paso por las playas de esta zona.
Tomar el sol con espectáculo incuido tiene su qué.

elizq dijo...

Acabo de darme cuenta que la cosa no acabó aquí. Habrà una segunda entrega?

Ginebra dijo...



:-)

Anónimo dijo...

http://www.diariosur.es/20070927/malaga/pantera-jabali-perro-20070927.html

La "mua" vive por ahí...pero lo que me ha hecho más gracia de la noticia es el primer comentario que ponen...je
Buen Finde

aldara san lorenzo dijo...

(elizq...... con Gin... ejemmmm... SIEMPRE HAY MUUUUUUUUCHAS ENTREGAS, jajajaja: le pasa de todo. Y sabe contarlo!)

Oiga, señorita dry... está Ud. en zona de riesgo: No se mueva de ahí, a ver si va a ser Ud. el imán pá todas esas cosucas.....

;-))