viernes, 19 de octubre de 2007

Formas de ver la vida

La exposición había sido un éxito. Los críticos alabaron la exquisitez de las composiciones, la delicadeza de los trazos y, sobre todo, una originalidad en la atribución de los colores que, según ellos, suponía una nueva visión de las cosas, de la naturaleza, de la vida, mucho más atractiva y estimulante que la real. El público se entusiasmó. Todo el mundo quería tener en su casa aquellos ríos verdes, cielos amarillos, praderas moradas, y niños azules. El artista no entendía tanto revuelo, él pintaba lo que veía. Cogió la carta del médico, y tras leer atentamente el diagnóstico sonrió: daltonismo.

(Para H.)
;-)

9 comentarios:

elizq dijo...

Está segura que el daltónico era el artista?
Segura, que no lo somos los demás?
Incluido el médico.

Ginebra dijo...

Ahí, ahí...

Anónimo dijo...

No sabías que tenías un blog, Gin, muy interesante.
Saludos

Ginebra dijo...

Gracias, caquique. Me alegra verle por aquí.

SH765HT2 dijo...

El herrero comía con cuchillo de palo y Bethoveen era sordo, he ahi.

Ray Rudilla dijo...

Hola. He llegado aquí desde "Dos son multitud".
Me gusta tu blog, el relato de los basureros equilibristas es estupendo.
Felicidades
Agregado queda este blog.
Saludos cordiales

Ginebra dijo...

sh765ht2:

Pues es muy posible, sí.

ray:

Muchas gracias. Bienvenido siempre.

Anónimo dijo...

Lady G., desde mi más profunda acromatopsia, y llegando tarde, como siempre, le dedico un blues amarillo, un limón turquesa y un toldo rosa sobre calle Larios... ¿O era naranja? Sí, vamos, como los aguacates por dentro... ¿no?
(Esto... ¿cuándo comemos?)
Graciassssss

Ginebra dijo...

Cuando quiera. Yo estoy (como siempre) a su disposición.