sábado, 3 de noviembre de 2007

Moral

Desde pequeña, Nati se había esforzado por mantener y aplicar sus principios morales con más rigidez que firmeza. Por eso sentía crecer su indignación la tarde en que su prima Elisita mostraba su ajuar de novia. Faltaba un día para la boda y Elisita, radiante, extendió sobre el diván el vestido inmaculado. La muy desfachatada iba a vestirse de blanco cuando todos sabían que llevaba meses acostándose con su novio. Nati se inclinó levemente y derramó disimuladamente su taza de té sobre el satén reluciente que rápidamente se volvió color hueso oscuro. Elisita la pecadora no fue una novia blanca.

4 comentarios:

elizq dijo...

... lo que hace la envidia!

RedFish dijo...

Culebrilla estaba hecha la otra, ¿no?

Ginebra dijo...

elizq:

sí, la envidia es lo peor

homer:

hombre, la otra hacía lo que podía :-)

Anónimo dijo...

Una tacita de té la de [cienes] de palabras que originan en tu cabecita loca. Es un don con el que nos obsequias. Gracias