lunes, 14 de julio de 2008

París

Tenía la intención de pasar la tarde caminando por las calles pero la lluvia ha hecho que llegue una hora antes a la cita. Cuando salí de la residencia, a primera hora, el cielo estaba despejado pero a final de la mañana ha comenzado a llover. La lluvia me ha pillado por sorpresa (no es la primera vez que me pasa; el tiempo en París, en primavera, es imprevisible y siempre se me olvida consultar el parte meteorológico) y he tenido que comprar un paraguas plegable, carísimo y horroroso que tiene toda la pinta de no durar más allá de una tormenta. Como en los comedores universitarios. Están llenos. Una chica me explica que es porque es miércoles. Todos los miércoles hay cous-cous (al decirlo pone los ojos en blanco y hace gestos de satisfacción) y los comedores se llenan. Me siento en la misma mesa que la chica de antes y nos presentamos. Se llama Adèle. Miro sorprendida las bandejas de los estudiantes árabes, que rebosan pan. Adèle sonríe. Me cuenta que la primera vez que comió aquí hizo lo mismo que ellos y cogió casi un canastillo entero de pan, y luego le dio apuro dejarlo así que se lo comió todo aunque estaba más que llena. El cous-cous está sabroso y muy caliente. Adèle termina antes que yo y se queda conversando hasta que se da cuenta de que se le hace tarde y se va. Como despacio, remoloneando; no me apetece salir y mojarme. Cuando salgo apenas llueve pero las calles están mojadas y llenas de charcos. Llevo sandalias así que al principio intento esquivar el agua pero al rato tengo los pies tan mojados que me despreocupo. Esperando un semáforo veo un cartel que me hace reír y saco la cámara de fotos. Es un anuncio de una colonia con un aroma “tan penetrante –dice el texto- que le evitará el molesto baño semanal”. Comienza a llover más fuerte y cojo el metro hasta el centro. El resto de la tarde lo paso entre paseos y tiendas en las que me refugio cuando me harto de lluvia. Llego a Notre Dame una hora antes de la cita y cuando Jose llega (seco, él ha estado escuchando conferencias) y me mira, mojada y malhumorada, se ríe. Le digo que tengo los pies helados y que no pienso volver a París en primavera, y se ríe más fuerte.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Gin a París hay que volver en cualquier época del año, yo también me mojé cuando estuve en abril, pero volvería a bajar por los Campos Eliseos calándome y buscando un lugar donde resguardarme. Ay, qué recuerdos me trae esta entrada.

argamenon dijo...

Me deja confuso. ¿No eran los británicos los enamorados de las colonias de hierbas capaces de sobreponerse a cualquier contingencia, incluso la del olvido accidental del molesto baño semanal? En fin. Ya veo que aunque siempre nos quede París, será un París distinto, y con ello no quiero decir necesariamente peor. Simplemente tan lluvioso como siempre, algo menos sofisticado en sus gustos por los perfumes, exponiendo sin recato sus vergüenzas (hábitos higiénicos), y con ese punto adecuado en el ambiente de orégano, ajo y albaca del cuscús que matiza como ninguno la contaminación hasta hacerla comestible. Lo dicho, igual pero distinto.

Ginebra dijo...

Edda:
Ya... si yo pico y vuelvo. Pero sí es verdad que prefiero que no sea para mojarme, que no soporto tener los pies fríos.

Argamenon:
Estoy buscando la foto del cartel a ver si la encuentro y se la pongo, aunque no garantizo nada, que hay millones de fotos perdidas por la casa. La primera vez que fui a Paris tenía 15 años; iba de viaje de estudios y nos alojamos en una residencia de estudiantes. La primera noche nos volvimos locos buscando las duchas y al final las encontramos entre un montón de trastos. Resulta que, como no se usaban nunca, la dirección había reconvertido el cuarto de duchas en trastero. Nos dijeron que para qué desalojar los chismes si no las íbamos a necesitar, que total, solamente íbamos a estar allí dos semanas. Al final, entre que desalojaban y limpiaban el cuarto, y que se ponían a tono las cañerías, tardamos dos días en poder ducharnos.

Anónimo dijo...

A.

En mi primer viaje a Francia en verano para afianzar el francés, állá por los doce años, mi madre me advirtió muy seriamente de faltar al mandamiento de ducharme TODOS los días y DOS veces si hacía falta.

Todavía recuerdo la cara de asombro de la dueña de la casa y su advertencia de que el agua caliente sólo funcionaba el domingo, día de aseo semanal de la familia, pero gentilmente y con una sonrisilla entre malévola e incrédula me permitió ducharme con agua fría siempre que quisiera. ¡Cualquiera desobedecía a su madre aunque fuera a distancia!

Era Bretaña y uno de los veranos más fríos y lluviosos de los últimos años. Merde!

argamenon dijo...

Ginebra, le aseguro que no me tiene que convencer. Ya se sabe, unos crían la fama y... Pero a mi imagen idílica de París me faltó añadirle que el primer día que me subí en su metro me robaron. Hoy ya ocurre en todas partes y no deja de ser una vulgaridad, pero seguro que en aquel entonces fue merito propio.

buscema63 dijo...

Mi caaaasa... Moussel un producto Legrain... Paaarís. ¿Tan poco me duchaba yo de chico?
Siempre me gustó esta historia, Ginny, aunque mis orígenes se vean comprometidos.
Ah, 22 Rue Frecynet, atico. Muy cerca de Trocadero. Ahí nací hace 45 años y 43 días. Mucha melancolía, sí.

Anónimo dijo...

Yo en París pasé tanto frío que no me quedó más remedio que emborracharme reiteradamente. Cantaba pasodobles por las Tuileries.

Unknown dijo...

A Paris me iría de cabeza, con pies fríos o sin ellos. Qué más da tener frío cuando has decidido dejar de sentir?

Saludos

Ginebra dijo...

A.:
¿Y volvió??? lo suyo tiene mérito.

Argamenon:
A una amiga también le robaron el monedero y ni corta ni perezosa fue a la gendarmería y dijo que le habían "robé el monetere" (por supuesto no hablaba nada de francés y nunca recuperó el dinero pero a los policías les dio la risa)

Buscema63:
Usted está fuera de toda duda, querido, que su madre de usted era toda una señora y muy limpia. Además, qué narices, si se pasa usted el día en la ducha!

Lupe:
Ese remedio también lo probé yo. Y funciona.

Esther:
Mujer, practique la sensibilidad selectiva ¿no?