miércoles, 15 de julio de 2009

El hombre de mercurio

Cuando nos conocimos fue como rozar una bola de mercurio. Por ambas partes. Nos miramos encantados de encontrar a alguien tan profundamente igual, tan aparentemente diferente, y nos dedicamos a buscarnos mutuamente sabiendo que ambos éramos inasibles. Era tan bonito ver cómo cada vez que nos dividíamos todos y cada uno de nuestros yoes se encontraban siempre, que decidimos no dejar de hacerlo. Y así seguimos. A veces sé que al recomponernos nos hemos intercambiado y dudo de qué parte es mía y cuál es suya. Y me gusta.

9 comentarios:

si, bwana dijo...

¡Bonita parábola!
Pero cuidado con el Hg, puede provocar hidrargirismo.

Gabriel Ramírez dijo...

Lo malo del mercurio es que se escapa entre los dedos, por cualquier parte... Y no veas si hay que correr... Me dicen en el Instituto para el Estudio del Mercurio que siempre se para en el lugar más insospechado. Debe de estar alerta, querida amiga.

Anónimo dijo...

Me lo repita, que hay una parte de mi(por la zona de la entrepierna) que está hecha un lío.

Isadora dijo...

Me deja usted de una piedra. Recurro a la enciclopedia más próxima y sistematizo conceptos: “Es un metal pesado que a temperatura ambiente es un líquido inodoro. Mal conductor del calor aunque no mal conductor de la electricidad (con el peligro que conlleva. Se alea fácilmente con muchos otros metales produciendo amalgamas. Es insoluble en agua y soluble en ácido nítrico. Con temperatura produce vapores tóxicos y corrosivos.” ¿Por qué seguir? Salvo en lo de la amalgama, no hay por dónde cogerlo.

Edda dijo...

Mientras el mercurio no sea dulce no hay problema. :-))

Anónimo dijo...

Hay un dicho que dice que dios los cria y ellos se juntan, tanto tú como arc y otros compañeros que os juntais, cuyos enlaces teneis cada uno en vuestros respectivos blogs, haceis un coro... un grupo, diria yo, extraordinario y creo que de momento excepcional
os diria: seguid así no cambieis, pero es un formulismo que no me gusta, tengo la sensación de que da lugar a la falta de progreso en la persona y sus aficciones, pero si os dire que la armonía entre vosotros y vuestros conocimientos, tal y como los compartis, es un gustazo para mi
recibid un afecto
masada

Luis dijo...

Qué suerte tienes!

Ginebra dijo...

Bwana:
¿Hidrar... qué??? (ay, diosmío)

Gabriel:
¿Alerta por si se escapa, o por si se para?

Carlos Fox:
Pues se lo repito cuando quiera, pero sepa que los líos son divertidos.

Isadora:
Ya lo siento, mujer, lo de dejarla de una piedra me refiero. Y sí, es cierto que el mercurio no hay por dónde cogerlo. Y eso me encanta.

Edda:
Sí, mejor que no, que lo dulce no me gusta nada. Pero nada.

Masada:
Muchas gracias, lo cierto es que hay cibercompañeros cuyo trato es un privilegio.

Luis:
Gracias, pero de suerte nada, eh, que yo me lo curro mucho.
;-)

Isadora dijo...

Piedra o pieza, ¿qué más da? Total, ninguna de las dos son animales de compañia. ¿No?
Felices vacaciones!