miércoles, 23 de abril de 2008

Limones

Antes de llegar a Georgianoi paramos en algo que aquí llamaríamos venta. Yannis, que conoce el sitio, negocia la comida. Hemos tenido suerte: el grupo se cierra con nosotros. Yannis me explica que el dueño hace un menú para un número determinado de comensales y no admite ni uno más. Hoy están asando piernas de cordero y vamos a compartir mesa con un grupo de turistas ingleses. Mientras el cordero termina de hacerse nos sentamos en el patio, a la sombra de una parra. Una mujer nos pone delante una jarra de retsina y un platito con olivas negras y dientes de ajo. Creo que es uno de los peores vinos que he bebido. Las olivas, en cambio, son una delicia. Ignoro los ajos, nunca he podido comerlos crudos; Yannis los devora y me jura que se pasará el resto del día masticando perejil.

Los ingleses entran y antes de sentarse recorren el patio alabando todo con grandes aspavientos. Fotografían cada rama, cada hoja, cada servilleta, los cestillos del pan, los manteles, y parecen entrar en éxtasis cuando ven el huerto de limones. Tras varios minutos de “Oh, my God” y miles de clikcliks fotográficos el guía los pastorea hasta las mesas desde donde continúan mirando arrobados los limoneros. Alguno, en el colmo de la osadía, ha recogido un limón del suelo y lo pone sobre la mesa después de limpiarlo cuidadosamente. Yo los miro con la misma fascinación con la que ellos miran los limones. Me recuerdan a los japoneses que se levantan a las cuatro de la madrugada y viajan dos horas para ver salir el sol sobre los campos de girasoles de Sevilla. El dueño de la venta me mira a mi con curiosidad y cuando nos sirve el cordero me pregunta directamente si no me gusta su huerto. Parece algo ofendido. Le digo que es un huerto magnífico y Yannis le cuenta que tengo varios limoneros en el jardín de mi casa. “¿No inglesa?” Niego con la cabeza. Suelta una risotada, me guiña un ojo y le da a Yannis una palmada en la espalda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es para tí, en el día de hoy.

Ginebra dijo...

Gracias, querido! Y felicidades.

SH765HT2 dijo...

oye, los ingleses esos que lo fotografiaban todo, ¿tas segura que no eran japoneses disfrazaos?

Ginebra dijo...

sh765ht2:
No, no, eran ingleses. Parece que les fascinan los limoneros. Los japoneses, en cambio, se quedan embobados con los girasoles. Es cierto que hacen excursiones solamente para ver amanecer sobre los campos de girasoles que hay entre Sevilla y Málaga. Eso sí, nunca he conseguido que me explicaran qué les ven.