martes, 19 de enero de 2010
Palabras sabrosas
Leyó mentalmente la carta. Paró en el estofado. Estofado. Estofado. Al repetirlo sintió en la boca el sabor del plato. Estofado. Estofado. Al rato se sintió satisfecho y abandonó el restaurante sin comer. Por la noche quiso una empanada. Empanada. Empanada. La palabra sabía bien y saboreó sus sílabas hasta saciarse . Durante meses se alimentó de palabras, más sabrosas que los platos reales. Dejó de hacer vida social, no asistía a cenas ni a comidas. Incluso dejó de tapear con los amigos. Un día leyó en el escaparate de un bar: “Plato del día, paeya”, y enfermó hasta vomitar.
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14 comentarios:
Receta para combatir vómitos:
- Lectura y escritura de sms. Inmunidad asegurada.
¡Pobrecillo! Con lo satisfecho que estaba con sus banquetes sin faltas de ortografía.
seguro que tenía salmoneya
Espero no sufrir nunca de compulsiones así por nada. A mí, de todos modos, poco me falta ver una mujer en verano y repetirme... bueno, da igual.
Un bocaíllo monyó le habría sentado mucho mejor, dónde va a parar.
Qué finolis, el tío.
Ta claro, eso es que se le indigestó la "Y". ¡Pobrecillo!
Eso es que era jueves.
No es una novela histórica: opalazon.blogspot.com
Y en todo ese tiempo ¿no se le atragantó ninguna? Porque mira que hay palabras difíciles de digerir, eh.
Vamos, lo que nos ahorraríamos en papeo. ¿Y de qué era el estofado?
Para combatir estas indigestiones no hay nada mejor que un bolígrafo rojo.
Vaya...como el burro del gitano..."ahora que estaba aprendiendo a no comer...va y se nos muere".
Creo que el de la "paeya", en realidad le hizo un favor para que se dejara de tonterías y se pasara a la manduca física.
Saludos!
Cacique:
Con eso, si no mueres al momento te inmunizas, sí.
Bwana:
Sí, pero siempre hay alguien que lo jode todo.
Outsider:
Pues qué asco de paella.
David:
¿Y en invierno no?
Neke:
Ya le digo yo que sí!
Gabriel:
Letrado más bien.
Carlos Fox:
Es que las íes son muy traicioneras, hay que andar con mucho cuidadito con ellas.
Srta. Puri:
Anda! Pues sí que era jueves!
Edda:
Sí. Yo, por ejemplo, no puedo ni susurrar "sesada" sin ponerme de color verde.
Píter:
De ternera, con zanahorias, cebolla, tomate, nuez moscada, clavo, laurel, perejil, sal, y su chorrito de aceite.
Anjanuca:
No sé, yo una vez estaba chupando un boli rojo y se me salió toda la tinta. Me cayó en la lengua y estaba asqueroso, eh.
Luis:
¿Para que no terminaran pegándosele las tripas?
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