lunes, 15 de noviembre de 2010

Café y compañía

Rrrrrrrun... rrrrrrrrun... ññññññññññññññ... pof! (el camión de los congelados acaba de aparcar delante de mi puerta)

Prrrrrr...Prrrrr... (telefonillo)

- ¿Quién es?

- Pilaaaaaaaar...??? (voz de barítono muy cascado por la vida, rara, muy rara para Pilar pero quién soy yo para calibrar los estragos de los resfriados en las gargantas ajenas, si la semana pasada yo misma parecía Darth Vader)

- Hola Pilar, dime.

- No soy Pilar! (el barítono parece ofendidísimo)

- Ah! Yo pregunté quién era y contestó Pilar.

- No, que estoy buscando a Pilar.

- Vive en el número doce.

- Pues eso.

- Sí, pues eso. Éste es el catorce.

- El doce... (voz así como sumamente pensativa, como si acabara de comprender el misterio de los agujeros negros) ¿Y el doce?

- Justo al lado de éste.

- ¿O sea que éste no es el doce?

- No, mire, el doce es otro número distinto, es el que lleva un uno y un dos.

- Ah! Y éste ¿cuál es, que no lo veo?

- (Suspiro) Éste es el catorce, el uno con el cuatro es el catorce.

- Vale, vale, pues llamo al otro, porque será el otro botón ¿no?

- (Suspiro más hondo motivado por el hecho de que SOLAMENTE hay dos botones, en uno de los cuales pone 12 y en el otro 14) Sí, efectivamente, caballero, es el otro botón.

- Anda! Sí que es el catorce. Jejejejeje. Es que no lo veía porque tenía el dedo encima. Jejejejeje. Entonces “apreto” el otro ¿no?

Prrrrrrr... Prrrrr..... (y así hasta diez veces en el telefonillo del vecino)
Prrrrrr...Prrrrr... (de nuevo mi telefonillo)

- ¿Sí???

- Que Pilar no está.

- ...

- ...

- ¿Y...???

- Que qué hago.

- ¿Me lo está preguntando a mí????

- Claro, a ver a quién se lo voy a preguntar, si su vecina no está.

- Y yo qué sé, haga lo que le parezca.

- Es que me habíamos quedado a las seis y a ver qué hago yo ahora.

- Hombre... teniendo en cuenta que son las cuatro tiene usted dos horas para irse, hacer lo que sea, y volver.

- No, no, que el resto de las entregas está en otra ruta; si me voy no vuelvo hasta otro día.

- Pues espérela, qué quiere que le diga.

- (Voz abatidísima) Eso tendré que hacer, esperar.

Prrrrrr...Prrrrr... (telefonillo, escasamente dos minutos más tarde)

- Sí! (este hombre no sabe que yo de paciencia voy fatal, el pobre)

- Que... ¿me va a dejar aquí?

- ¿Cómo???

- Que si me va a dejar aquí en la calle esperando dos horas. Encima que su vecina no está.

- A ver, mire, que no es mi problema que usted haya llegado dos horas antes y mi vecina no esté. A mí me deja y se busca la vida. A ver si ahora va a querer que le invite a un café y todo.

- Hombre... pues a esta hora es lo que pegaría. Y charlamos.

- (El asombro me deja sin habla, así que pausa larguísima)

- ¿Sigue usted ahí?

- (La pausa continúa)

- Señora... señoraaaaa... vuelva!!!

Todavía estoy intentando volver, palabra, pero el asombro no me deja.

12 comentarios:

si, bwana dijo...

Tiene Vd. más paciencia que el santo Job, pedazo de pan.

Edda dijo...

Paciencia, dice. Paciencia la nuestra. Ya era hora de que volviese, eh. Le perdono porque la vuelta siempre merece la pena.

Por cierto, ese caballero... ¿Seguro que buscaba a Pilar? Muy insistente me ha parecido, jeje.

Anónimo dijo...

¡XD! Doña Gin, ¡Vuelva, vuelva! ¡Vuelva en sí!

Esperanza dijo...

Qué corazón más duro tiene usted, Pilar!

Cacique dijo...

La caña si hubiera llamado buscando a Encarna y vendiendo empanadillas congeladas,jeje.
( tienes mucha gracia contándolo, que lo sepas)

T dijo...

¡Ya le vale, oiga! Estaba a punto de incluirla entre las desaparecidas ilustres.

Me he reído mucho, Gin.

núria dijo...

Y qué? al final llegó Pilar o no llegó?

MAMUMA dijo...

Digno diálogo de los Hermanos Marx.

Anónimo dijo...

Había empezado a preocuparme.


Sirwood

Ginebra dijo...

Bwana:

¿Verdad que sí? si ya lo digo yo siempre pero como no me echan cuenta...

Edda:

Tch... tch... que se me quejan ustedes por todo, caramba.

Carlos Fox:

Lo intentaré, lo intentaré!

Aracne:

Pa que vean! me estoy entrenando bien.

Cacique:

Buá, anda que no me habría reído. Pero no, éste no pasó de los calamares congelados, creo.

T.:

¡Toma ya! Ilustre y todo! ¿Me pondrá en las reaparecidas ilustres? por favor, por favor...

(me alegra mucho verla)

Nùria:

Llegó cuando tenía que llegar, o sea, dos horas más tarde.

MAMUMA:

Ay sí, a veces pienso que estas cosas tendría que escribirlas :-)

Sirwood:

Gracias, qué bonito.
Beso

Aleph dijo...

Doña Gin:
Una de dos o está secretamente enamorado de usted o quería convencerla de las bondades de sus ultraconglelados...

Qué bueno que regrese...(mme encantó el hiperbreve del ángel de alas rotas).

Un saludo cordial
Aleph

Stultifer dijo...

Motivo similar por el cual arranqué el timbre de la puerta del jardín.