viernes, 11 de enero de 2008

Se acabó el té

Rudolph se asomó a la chimenea, miró, e iluminó el cielo con su nariz roja. Era la señal de alarma. El elfo jefe envió varios trineos desde el Polo Norte, y decenas de duendes invadieron la casa para obligar a Santa Claus a levantarse del confortable sofá en el que se había acomodado para tomar otro té. Rudolph suspiró. Una cosa era que a Santa le agradara el té y otra demorarse tanto con cada taza como para no terminar el reparto antes del amanecer. El reno pensó que si volvía a ocurrirles sugeriría al consejo eliminar Inglaterra del recorrido.

3 comentarios:

SH765HT2 dijo...

Yo creo que Santa se demora mucho en la hora del té; tanto como un año. Más que acabar con Inglaterra hay que acabar con este gandul, jajaja

elizq dijo...

Finalmente con unos dias de retraso tenemos cuento de navidad. Gracias

Ginebra dijo...

sh765ht2:

Pues igual sí, eh, aunque mejor acabar con ambos por si acaso.

elizq:

Es que yo soy fatal para los cuentos de Navidad y eso.