lunes, 6 de abril de 2009

Convivencia (una historia real)

Por las noches oía voces. Se acostaba y escuchaba a lo lejos voces extrañas que hablaban principalmente de fútbol. A él no le dijo nada; llevaban pocos días viviendo juntos y no quería que la tomara por loca. Esperó un tiempo pero aquello no cesaba. Era poner la cabeza en la almohada y oir aquellos sonidos diabólicos. Asustada, fue al médico y le mandaron todo tipo de pruebas. La noche antes de ir al hospital metió el brazo bajo la almohada y encontró unos auriculares. Le miró y recordó que él había dicho que le gustaba dormir escuchando la radio.

8 comentarios:

si, bwana dijo...

No me extrañan las tribulaciones de esa chica; los locutores deportivos compiten para ganar el título de "Chillón Mayor" o de "Super chorras", algo inaguantable.
Aunque, viéndolo bien, tiene suerte de que el tipo use auriculares.

Gabriel Ramírez dijo...

Sería peor que fuera aficionado al programa de Iker Jimenez.

Wara dijo...

Sé de una mujer de avanzada edad con la costumbre de escuchar la radio en cama... Una noche se despertó al oír la voz de un hombre en su cuarto, en su cama... pero no sé si se alegró o se desilusionó al descubrir el misterio de la masculina voz susurrante.

Besos.

Anónimo dijo...

No hay nada peor que las sicofonías de fumbol. Suelen ser gritonas y exageradas y solo dicen "atencion atención en la condomina se ha marcado penalti sobre el equipo local, un penalti dudoso y bla bla bla". Es terrible.

Anónimo dijo...

Huy, pues yo voy restreñido y por la noche se oyen unos ruidos más raros.

Edda dijo...

Lo extraño es que no notase movimiento, porque es meter un gol y saltan todos como si les pinchasen el culo.:)

Don Peperomio dijo...

la almohada ípod. Un clásicoo.

Ginebra dijo...

Bwana:
Hombre, insinuó si podía poner la radio en alto y le pulvericé con mi mirada más asesina.

Iván:
No sé yo... jejeje

Gabriel:
No, ése no le gusta, pero él se duerme y como deja la radio puesta la que acaba escuchándolo soy yo. Puf.

Wara:
Hombre, hay voces que...

Piterpsí:
Jo, toda la vida he odiado la Condomina, sea lo que sea eso.

Carlos Fox:
Uy, pues ándese con ojo.

Edda:
Si es que es poner la radio y quedarse como un tronquillo, no hay gol que le despierte; en cambio apago la radio y abre los ojos como los búhos.

Martín:
Qué asco de moderneces!