martes, 11 de marzo de 2008

Civilización

El fin del mundo llegó anunciándose mediante un amenazante rumor lejano que se fue acercando hasta convertirse en un rugido ensordecedor que anulaba cualquier sonido excepto unos gritos despiadados mediante los cuales los demonios determinaban la posición de sus víctimas y celebraban su inmolación mientras extendían a su alrededor el hedor de la podredumbre humana. Las paredes y el suelo vibraron. De pronto todo cesó; los demonios se alejaron llevándose aquel infierno. Sin abrir los ojos, comprendió que su denuncia no había prosperado y que el camión de la basura seguía pasando, como siempre, a las cinco de la mañana.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando era pequeña, había noches que no podía dormir porque los autobuses pasaban cerca de casa y el ruido me hacía pensar en fantasmas.
Te entiendo perfectamente!!

núria dijo...

Si pasan a las 5 todavia puedes volver a coger el sueño y dormir otro poco, lo malo es cuando pasan a las seis o seis y media ...

Ginebra dijo...

Amoskaia:
Pues no sé si recuerdas las casitas que había en la esquina (cuando en lo que hoy es tu casa había un descampado donde ensayaba el Circo Rubí); bueno, pues había una en la que el autobús (no recuerdo cuál pero bajaba uno por allí) y el camión de la basura se estampaban constantemente, sobre todo si llovía. Imagínate cómo dormirían ellos.

núria:
Aun así no deja de ser una putada, eh.

Patrizzia dijo...

El camión de la basura es la única cosa puntual del municipio. Yo por suerte tengo un sueño muy profundo porque estoy acostumbrada a los ruidos de una gran ciudad. Me gustan tus relatos y hace tiempo que los sigos, Muchos ksss.

Anónimo dijo...

Gin ¿qué pensaría viviera en un lugar donde hay tráfico aéreo nocturno?. Cuando empecé a vivir en este lugar me despertaba todas las noches el vuelo de las 5 am. no sé había despegado o se disponía a aterrizar, pero siempre me acordaba de la madre del piloto. Ahora ya no oigo a los aviones, duermo como una marmota.

Anónimo dijo...

No estoy en plan negativo, pero no sé por qué no salen los "síes".

Anónimo dijo...

Tengo suerte, mi barrio es el primero del recorrido. A las 12:30 más o menos.
Sin embargo,hace unos años teníamos una panadería aquí al lado, cuyo dueño, todos los días levantaba el cierre a las cuatro de la mañana y mira q lo hacía despacito para no despertarnos, pero era peor, pq tardaba más y nos despertaba a todos. Los vecinos, claro, se mosqueaban y salían pegando voces. Recuerdo a la que vivía justo encima de la panadería porque las máquinas daban a su habitación. Esta nos terminaba de espabilar a todos.
Buenas noches

SH765HT2 dijo...

Yo una vez tuve que levantarme super-pronto (como a las doce del mediodía o asín) porque pasaba una manifestación de ornitólogos por debajo de mi balcón y justo en aquel momento soñé que venía Rodriguez de la Fuente con dos sugus, uno rojo y otro azul, y me decía: tienes que elegir piltrafilla. Entonces apareció Neo disfrazado de conejo y Trinity me aconsejó comerme los dos, cosa que hice. Me desperté muy mosqueado, como se puede suponer. No hay derecho que se hagan manifestaciones a tan temprana hora de la mañana.

Anónimo dijo...

La contraposición de imágenes dantescas con la cotidianeidad es muy atractiva. Felicidades.

Ginebra dijo...

Patrizzia:

Afortunada usted; yo tengo el sueño difícil y ligero, cualquier cosa me despierta. Bienvenida y gracias.

Edda:

Pues qué quiere que le diga, me parece peor que una película de miedo. Yo he comprobado ya que no me acostumbro a los ruidos. A ninguno.

Cacique:

¿Y qué pasó con la panadería? ¿Hubo un linchamiento popular o algo???

Sh765ht2:

Joé, qué fácil, entre un sugus rojo y uno azul (de piña...mmm) siempre el azul. Lo de Neo disfrazado de conejo puede ser de susto, sí. Yo que usted no volvía a madrugar de por vida, hombre.

Siberia:

Gracias. Es que a veces la cotidianeidad es peor que cualquier fábula, por terrible que ésta sea.

Anónimo dijo...

Como es obvio, nuestra primera medida fue no pisar la panadería, por lo que con toda la cara del mundo, íbamos a la de la carretera, cuyo dueño, contentísimo pq temía la competencia, nos entregaba pequeñas dádivas por kilo o medio de pan. La siguiente medida fue el boicot a los productos. Empezaron a circular leyendas acerca de que en "esa" panadería el pan era congelado de un día para otro y que cuando lo comías te podías partir las muelas porque era tanto como masticar chicle...A esto, tengo que añadir, que me dió por ponerme en plan "Che" y como era una total explotación lo q hacía ese tío con las trabajadoras, entraba de vez en cuando, y empezaba a interrogar a las niñas acerca de qué tipo de contrato tenían, las horas que echaban, y el sueldo, para después soltarle un discurso lo más sindical y radical posible sobre la explotación y la ilegalidad de su situación, la diferencia entre el salario y horas trabajadas, lo de los días de descanso y su obligatoriedad o sustitución por una remuneración...Total, que no duraban ni un mes. Incluso en los últimos meses, pasaron dos o tres.
Algunso afirman que fueron tantos los pensamientos negativos que se proyectaron en el dueño, que al final pasó lo que tenía que pasar.
Una mañana nos levantamos con el camión de los bomberos y la ambulancia en la puerta de la panadería porque al tío se le había quedado enganchada la pierna a una de las máquinas y estaba inconsciente en el suelo.
El local se cerró y nadie lo ha abierto desde entonces.

Ginebra dijo...

Jo ¿y no les molesta de cuando en cuando el fantasma de la pierna del panadero???