viernes, 29 de junio de 2007

Han vuelto...

Han vuelto. Como los turrones El Almendro. Claro que ellos no tienen fecha fija para volver. No. Ellos vuelven cuando les sale de la pala. Siempre hacen lo mismo. Llegan, pegan un par de paladas en el jardín, cambian todo de sitio, te llenan la casa de maderas, te imposibilitan el acceso al garaje, y cuando tienes toda la casa al retortero y te ilusionas pensando que solamente serán dos meses, entonces te dicen "señora, que el martes venimos con las vigas de hierro y la excavadora". Claro que los muy listos no te dicen qué martes volverán, y ahí te tiras un mes entero asomada a la balaustrada del jardín y sin salir de casa ni a por el pan, porque eso sí, sales dos minutos y es cuando aprovechan para venir y luego decir "aaaaah... que usted no estabaaaaaa". Ataque de ansiedad. Amago de hiperventilación. No importa, en mi casa hago yo misma el pan así que aquí he aguantado todo el mes sin salir. Y por fin, hoy, han vuelto.
Se ha enterado todo el pueblo, claro, porque se promocionan bastante. Quiero decir, no son nada silenciosos, pero no importa. Se les perdona que a las 8 de la mañana se traigan el camioncito que más chirría cargado hasta arriba de vigas de hierro y que las descarguen usando el método de caída libre acompañado de exclamaciones de ánimo ("Manolo, Manolo, Manooooooloooooooo... la vigaaaaaa".............. ¡Clonk!), y que las vigas hayan sido veinte (aaag, veinte de momento, que amenazan con más). También les perdono que se equivoquen con los botones del portero automático y en vez de dar al que abre la cancela me hayan tocado el timbre de la puerta un puñao de veces, y me hayan apagado y encendido la luz del jardín otras tantas. Vale, no pasa nada. Todo va bien.
Como tienen dificultades para entenderme, JB, que es de aquí y habla como ellos, ha salido al jardín y con paciencia infinita (da clases de español a guiris y la mayoría son japoneses, o sea, paciencia le sobra) les ha explicado "cuidadín, cuidadín, que por aquí van la tubería del agua y el cable de la luz; y eso es el teléfono, no vayan a joderla".
"Dehcuide, efe" ha dicho el capataz, bueno, "er niñorcapatá", que el capataz hoy no ha venido. Siempre picamos. Mira que ya deberíamos saberlo. Que cuando dicen "descuide" quieren decir "mire usted, nos da lo mismo por dónde vaya la tubería, nosotros la vamos a buscar si hace falta y la vamos a romper igual". Y efectivamente, lo primero que han hecho nada más irse JB ha sido cargarse la tubería del agua. Y, por supuesto, estaba en la ducha, así que he bajado con la cabeza llena de champú, y me los he encontrado chapoteando en una especie de piscina de barro que se ha formado en el jardín. "Mire, mire lo que hemozesho". Otro amago de ataque de ansiedad. A ver, respiración profunda, sonrisa sarcástica y, muy seria: "vale, ¿y saben ustedes cuánto van a tardar en romper el cable de la luz y el del teléfono? es por organizarme la mañana".
... y todavía son sólo las 11...

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