jueves, 14 de agosto de 2008

Irresponsabilidad

Permaneció inmóvil, al acecho, mientras su posible víctima se acercaba. Cuando la tuvo a tiro se lanzó sobre su lomo. Molesto, el ciervo se quitó de encima a aquel extraño gorrión que le clavaba las uñas y le intentaba morder con el pico. Escucharon un estruendo y se volvieron a tiempo para ver cómo un enorme grizzly se tiraba desde la rama de un árbol moviendo las patas delanteras en un patético intento de vuelo. El oso y el gorrión se miraron desconcertados. En la tienda, el chamán reprendió duramente a su aprendiz y le prohibió practicar conjuros sin permiso.