martes, 1 de abril de 2008

Donegal

Me levanto temprano. Hace mucho frío en la cocina. Declan ha ido a comprar pan para desayunar. Me ducho y preparo café mientras le espero. Siempre madruga más que yo. Por muy temprano que me levante él lo ha hecho antes. Se levanta, se ducha con agua fría, incluso en invierno, y desaparece un par de horas. Luego vuelve trayendo pan o bollos recién hechos para el desayuno. Nunca le he preguntado dónde va y qué hace en esas horas. No sé si se dedica a pasear, si reza, si corre por el campo, o si hace meditación. No lo sé y no me importa. No me importa siempre, sólo cuando creo que a veces sería bueno para él que yo lo supiera. Pero de eso no estoy segura.

Llueve. Hoy, ahora, toca esa lluvia blanda y fina que engaña haciendo que parezca que las gotas se limitan a flotar en el ambiente, y que hace que terminemos calados hasta los huesos. Declan entra y sacude la cabeza esparciendo agua por la cocina. Trae pan caliente y el periódico. Cuando terminamos de desayunar yo leo el periódico mientras él recoge la cocina en silencio, sin molestarme. Sólo después de haber desayunado, después de haber echado un vistazo al periódico, hablamos y decidimos qué vamos a hacer cada día. Es una rutina que establecimos el año pasado sin darnos cuenta. Entonces trabajábamos juntos. Este año compartimos las vacaciones pero seguimos manteniendo ciertos hábitos que facilitan nuestra convivencia. El año pasado yo le explicaba qué buscaba, qué necesitaba, con quién quería hablar, y él decidía la manera de hacerlo. Este año hacemos algo parecido: él me pregunta qué me gustaría ver, dónde me gustaría ir, y él decide cómo y dónde.

Viajamos en su coche. Es una furgoneta grande y alta. Está preparada para poder dormir en ella en caso necesario pero preferimos las granjas y los bed and breakfast. Hasta ahora no hemos tenido problemas de alojamiento. En esta zona no hay casi turistas y en todos los pueblos se pueden alquilar habitaciones para unos días. Hoy no ha preguntado qué quería hacer, vamos a ver Downings Bay y luego subiremos hacia el norte, hacia Sheep Haven. Como es habitual aquí, en cuestión de minutos deja de llover y sale el sol, un sol tibio pero brillante, que no calienta pero ilumina los prados verdes y hace que el cielo se vea profundamente azul. Disfrutamos el buen tiempo y aprovecho que Declan conoce perfectamente la zona. Le dejo hacer, voy donde quiere y veo lo que me muestra, relajada, confiada, tanto que el día se me pasa volando. Me dice que vamos a recorrer Donegal un par de días y luego iremos hacia el Este, a Londonderry. No me dice más y yo no le pregunto. Sé quién es Declan, sé lo que ha hecho y lo que calla. Lo sé y nunca le he dicho si me importa o no me importa; no le juzgo y él lo agradece. Tampoco él me juzga a mí.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Una verdadera odisea irlandesa, señora. Ese Declan parece como un retrato-robot hecho a medida.

Un saludo.

Ginebra dijo...

Peterpsych:

No crea, ha sido de los viajes más tranquilos y relajados. Y Declan... sobre el papel parece muy bueno (jejeje) pero es que no voy a sacarle los trapitos sucios delante de todo el mundo ¿no?

Anónimo dijo...

Gin, que no es por comadrear ni meterme donde no me llaman, pero que el correo de Nepomuk está en su blog, por la banda de la derecha, nepomukie@gmail.com... Suprímeme si quieres. Un beso,
L.

Ginebra dijo...

Lupe:
Gracias, querida, ni lo había visto (igual va a tener razón el de multióptica que me dijo que tenía como siete dioptrías en cada ojo y estaba empeñado en que no saliera de allí sin unas gafas; o eso o es que realmente la edad está haciendo estragos y cada día estoy más tonta).

Anónimo dijo...

Gin, esa gente nunca tiene razón. Si pueden te mandan a casa con un ojo de cristal y una pierna postiza de repuesto.

SH765HT2 dijo...

A ver, Ginebrita. Ese tal Declan parece un esclavo sexual perfecto, que incluso lava los platos. Francamente, cree usted que un robot similar es posible en el mundo actual, ein? Perdóneme que sea crítico, pero recuerde usted que puede venir a insultar a mi blojjj siempre que quiera.

Quedo a su disposición y tal.

buscema63 dijo...

...Y si encima de ser Declan y tan ten boy se apellidara Mcmanus le cantaría I want you y ella habría salido en la foto de portada de un single y ahora la estaría mirando con una profunda melancolía pensando en aquellas listas que cada mañana hacía en la cocina, junto al desayuno, cuando era capz de inventarse la vida en todo momento... Pues a mí, la historia de Declan me produce mucha nostalgia, no sé. Besos, Gin. ¿Tiene ya el libro de La Lupe?

buscema63 dijo...

...Y si encima de ser Declan y tan ten boy se apellidara Mcmanus le cantaría I want you y ella habría salido en la foto de portada de un single y ahora la estaría mirando con una profunda melancolía pensando en aquellas listas que cada mañana hacía en la cocina, junto al desayuno, cuando era capz de inventarse la vida en todo momento... Pues a mí, la historia de Declan me produce mucha nostalgia, no sé. Besos, Gin. ¿Tiene ya el libro de La Lupe?

Ginebra dijo...

Lupe:
Um... pues no sé pero... unos ojos azules de repuesto, por cambiar de color de cuando en cuando, digo...

Sh765ht2:
Fregar los platos es requisito sine qua non para que un hombre esté conmigo porque es algo que yo nunca nunca he hecho.
¿Insultar en su blog? Em... ¿por qué? si es algo que tampoco hago nunca. Si es porque no le gusta Declan no se preocupe que ya se lo digo a él para que le haga una visita.

Buscema63:
Hombre, a mí esas cosas de la cocina y el single y tal me desequilibran peligrosamente los índices de azúcar así que las evito, pero recordar las vacaciones siempre tiene un puntito de nostalgia.
Todavía no lo tengo. Llevo tres semanas sin salir, castigada en el sofá; estoy que doy botes. Creo que esta mañana me dan el alta.

Sera Sánchez dijo...

Esas dos horas de Declan, por la mañana. Un buen comienzo para una novela de intriga.

Ginebra dijo...

Sera sánchez:
Vale, pero me pido no ser asesinada hasta por lo menos el final.